Pope Francis wants to hear from the whole church about what is happening in local parishes.  He and Archbishop Etienne would like to know what Catholics think we should all be doing to help make our parishes better.  The way the pope has proposed doing this is through a synodal process.  Synod means “journeying together,” and it involves listening to the Holy Spirit and to each other in order to discern the path we are called to walk together.

The synod “is intended to inspire people to dream about the church we are called to be, to make people’s hopes flourish, to stimulate trust, to bind up wounds, to weave new and deeper relationships, to learn from one another, to build bridges, to enlighten minds, warm hearts and restore strength to our hands for our 

common mission.”  (Synod Handbook).  

Synodality is a way of being church, not just an event or program. The pope and our archbishop have called for 

listening sessions in parishes worldwide beginning in this new year through June.  Father McMichael, our pastor, has nominated listening session coordinators in each of our parishes: Mayra Ponce, Richard Tiel and Regli Wilson (Immaculate Conception); Sandra Ruiz and Steve McCartt (Immaculate Heart of Mary and St. Catherine); Ann Gerner (Sacred Heart); Pablo Raygoza and Denise Rhone (St. Charles).

Prayer, and in particular reflection on the Word of God is an essential part of the synodal process.  Archbishop Etienne writes, “We will strive to hear from every member of the church, especially those who often feel unheard and invisible.  This is a time for all voices to be heard: men, women, young people, laity and clergy, those who are active in the church and those who for whatever reason have fallen away.”  

The synod is a two-year process of listening at the local, national, and universal level.  The basic question is: “What is the Holy Spirit saying to our church today?”  It is precisely this path of synodality that the church needs in the third millennium.  We are invited to journey together.  We want to hear from everyone. “Come, Holy Spirit!”  May our church stand as a living witness to truth and freedom, to peace and justice, that all people may be raised up to a new hope.

El Papa Francisco quiere escuchar a toda la iglesia sobre lo que está sucediendo en las parroquias locales. A él y al Arzobispo Etienne les gustaría saber qué es lo que los católicos piensan que todos deberíamos de hacer para ayudar a mejorar nuestras parroquias. La forma en que el Papa ha propuesto hacer esto es a través de un proceso sinodal. Sínodo significa “caminar juntos” e implica escuchar al Espíritu Santo y a los demás para discernir el camino que estamos llamados a caminar juntos.

El Sínodo “tiene como objetivo inspirar a las personas a soñar con la Iglesia que estamos llamados a ser, hacer florecer las esperanzas de las personas, estimular la confianza, vendar heridas, tejer relaciones nuevas y más profundas, aprender unos de otros, construir puentes, para iluminar las mentes, calentar los corazones y devolver la fuerza a nuestras manos para nuestra misión común ". (Manual del Sínodo). El Sinodal es una forma de ser iglesia, no solo un evento o programa.

El Papa y nuestro Arzobispo han pedido sesiones de escucha en parroquias de todo el mundo a partir de este nuevo año hasta junio. El Padre Tom McMichael, nuestro párroco, ha

nombrado coordinadores de sesiones de escucha en cada una de nuestras parroquias: Mayra Ponce, Richard Tiel y Regli Wilson (Inmaculada Concepción); Sandra Ruiz y Steve McCartt (Inmaculado Corazón de María y Santa Catalina); Ann Gerner (Sagrado Corazón); Pablo Raygoza y Denise Rhone (San Carlos).

La oración, y en particular la reflexión sobre la Palabra de Dios, es una parte esencial del proceso sinodal. El Arzobispo Etienne escribe: “Nos esforzaremos por escuchar a todos los miembros de la iglesia, especialmente a aquellos que a menudo se sienten ignorados e invisibles. Este es un momento para que se escuchen todas las voces: hombres, mujeres, jóvenes, laicos y clérigos, aquellos que están activos en la iglesia y aquellos que por algún motivo se han apartado”.

El Sínodo es un proceso de escucha de dos años a nivel local, nacional y universal. La pregunta básica es: "¿Qué le está diciendo el Espíritu Santo a nuestra iglesia hoy?" Es precisamente este camino de sinodal lo que la Iglesia necesita en el tercer milenio. Estamos invitados a viajar juntos. Queremos escuchar a todos. "¡Ven, Espíritu Santo!" Que nuestra iglesia sea un testimonio vivo de la verdad y la libertad, de la paz y la justicia, para que todas las personas puedan ser levantadas a una nueva esperanza.